lunes, 13 de octubre de 2014

EL MISTERIO

Hay muchos alumnos que cuando vienen a pedir un libro a la Biblioteca me dicen: "profe, ¿me puedes dar uno de misterio?". Y, como si me quedara suspendido en el aire, tardo en responder; me quedo unos segundos pensando, no tanto en el título que le voy a ofrecer como en el sentido de la palabra "misterio". ¿Qué buscan realmente: el misterio que se escondía en el fondo de la madriguera en la que cayó Alicia (Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll),

el que intenta desentrañar El Principito en su viaje por diferentes planetas (El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry),

o el que la escritora J.K.Rowling oculta en las páginas de su conocido personaje Harry Potter? Ellos confían en mí y siempre procuro no decepcionarlos, pero no es tarea fácil, porque, al final suelen inclinarse por los misterios de Gerónimo Stilton o de Bat Pat. Está claro que las cosas han cambiado desde que Sócrates afirmara que "El mayor de todos los misterios es el hombre". Ahora el papel estrella lo han usurpado ratones parlantes y murciélagos sabelotodo. 

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