lunes, 22 de mayo de 2017

MÁS CUENTO QUE CALLEJA


En primero nos pasamos el día buscando excusas para inventar cuentos o... buscando cuentos para inventar excusas, la verdad es que no sé muy bien cuál de las dos...
Un día nos encontramos en nuestro libro una imagen preciosa del abecedario, lleno de dibujos que nos sugirieron personajes e historias muy, muy, jugosas. 
El caso es que así, sin más, empezamos entre todos a componer un cuento, en forma de retahíla, bastante divertido y disparatado. 


LAS AVENTURAS DEL ABECEDARIO

Había una vez una abeja que vio un barco. Se quería montar pero se le olvidó el billete y fue a su casa a recogerlos. Cuando llegó a su casa se encontró un niño y le picó en el dedo. Salió de su casa y se encontró a un elefante subido a una farola. Al lado había un gato comiéndose un helado. El gato siguió paseando y se encontró con un iglú que estaba hecho de jarrones. Dentro del iglú había un esquimal comiendo kiwis.
Se hizo de noche y salió la luna. El niño, al que le picó la abeja, hizo un pastel con manzanas que olía (nariz) muy bien. Se encontró un Ñu.
El oso como estaba lloviendo cogió el paraguas. El oso fue a casa a comer queso y a escuchar la radio. Al día siguiente salió el sol y se puso a hablar por teléfono con sus amigos. Decidió comprar unas uvas para invitarlos. Se acordó que era el cumple de uno de ellos y sacó las velas. Le regaló una tabla de windsurf. Tenía un xilófono lleno de polvo, lo limpió y se pusieron a tocar. Y como les entró hambre, se comieron un yogur. Jugaron a disfrazarse y el oso sacó sus zapatos de payaso.

Y colorín, colorado… este disparate se ha terminado.


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